Los capítulos sangrientos en el fútbol argentino se siguen escribiendo con el paso de los días y está demostrado que la solución no pasa por prohibir la concurrencia de las parcialidades visitantes. Cuando los simpatizantes de Racing se prestaban para una fiesta por la inauguración de una nueva filial en la localidad bonaerense de Bernal, todo terminó en un verdadero escándalo, que por cierto pudo haber sido peor.
La jornada se arruinó cuando un grupo de personas, identificadas por atuendos de Independiente, "invadieron" el lugar mencionado y agredieron a los presentes de la "Academia". Lo grave del caso es que muchos portaban armas blancas y llegaron a herir gravemente a un individuo que fue trasladado de inmediato a un hospital cercano para su internación, aunque afortunadamente quedó fuera de peligro.
Según cuentan los testigos, el ataque se atribuye a una "cargada" que había surgido en los últimos días en la estación de tren de la zona: allí habían pintado una "B" con letras rojas y varios barrabravas aprovecharon la ocasión de esta tarde para buscar "revancha" con sus propias manos. Una auténtica locura.
Otros tantos socios fueron salvajemente golpeados por los delincuentes y el día no fue realmente como lo hubieran imaginado. Un rato más tarde, en la cuenta oficial de Twitter de la filial, apareció una reflexión: "Gracias a todos por los mensajes, estamos todos bien. Podría haber sido peor porque entraron con cuchillos y cadenas. Esto nos da más fuerzas para seguir, que lo sepa todo el mundo".
Hasta Juan Gabriel Arias, sacerdote e integrante de la Comisión Directiva de Racing, escribió un breve tuit para los creadores de la peña. "Fuerza, no bajen los brazos. Cuentan con todo nuestro apoyo", manifestó.
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